El Último Sendero y Aquel Otoño

Me llamo Lydia Rodríguez Sánchez, autora de las novelas de ficción contemporánea “EL ÚLTIMO SENDERO” Y “AQUEL OTOÑO”. Además, he participado en tres antologías con otros escritores.

Género: Híbrido entre intimista y misterioso.

                            ¿DE QUÉ TRATAN LAS NOVELAS?

  • EL ÚLTIMO SENDERO: Reflexión acerca de la dificultad de comunicación entre una madre con su hija. “Sofía deberá indagar en el pasado para conectar con el presente”.

¿Qué encontrarán los lectores?:

>Amor a la naturaleza y más concretamente a las montañas.

>Empatía.

>Misterio.

>Amor.

      – AQUEL OTOÑO: La reseña de Laivetobooks, a mi punto de vista refleja la esencia de la novela con mucho acierto. Por lo tanto, voy a compartir una parte de la misma:

“Adriana y Patricia serán nuestras dos protagonistas. La vida de cada una de ellas transcurre en una línea temporal totalmente distinta, aunque ambas y, por razones que desconocemos, están completamente ligadas: una no puede existir sin la otra. Adriana está pasando por una situación delicada al encontrarse dentro de una relación tóxica con constantes malos tratos que la destinan a sufrir la mayor pérdida posible. Por otro lado, Patricia es una mujer de edad avanzada que se retira a vivir, junto con una bebé, a un pueblo prácticamente deshabitado si no fuera por Ángel y Juan, dos vecinos que mantienen una relación muy tensa entre ellos. Patricia intentará pasar totalmente desapercibida por el bien de la pequeña Esperanza, pero no se lo podrán nada fácil.

Dos historias que convergen en una. Dos mujeres tocadas y hundidas que buscan salir a flote. Una trama sencilla, directa y emotiva; en muchos momentos intimista y, en otros, misteriosa”. 

¿Qué encontrarán los lectores?:

>Amor materno.

>Amistad.

>Lucha por hallar la felicidad.

>Lucha por superar el sentido de culpabilidad y hallar el perdón.

>Esperanza.

 

              1.- PRESENTACIÓN COMO ESCRITORA:

Mi andadura en el mundo de la escritura empieza después de un año de jubilación. Durante la época de la adolescencia, me inventaba historias cortas donde plasmaba mis emociones. No era un diario, simplemente focalizaba los sentimientos surgidos en determinadas circunstancias y los plasmaba en unas historietas inventadas, que me servían de válvula de escape. En la temprana juventud, sustituí esas historias por cartas que escribía, pero que nunca enviaba.

               2.-¿POR QUÉ UNA PERSONA, AJENA AL MUNDO LITERARIO, EMPIEZA A ESCRIBIR A LOS SESENTA Y SEIS AÑOS?

La jubilación es, para unos, sinónimo de tranquilidad y relajación. Para otros es poder hacer lo que no les permitieron las circunstancias anteriores a esta etapa, como ir a eventos culturales; socializar de modo más activo; seguir cursos. En cualquier caso, buscamos el camino más apropiado para entrar a formar parte de una tercera generación muy a menudo apartada e invisible. Durante ese proceso puede nacer o intensificarse una etapa de plena maduración creativa como pintar, escribir, cocinar.

              3.- OBSTÁCULOS PARA UNA PERSONA MAYOR EN EL MUNDO LITERARIO.

Obviamente, una persona mayor se enfrenta a más obstáculos que un escritor más joven. La era digital ha pillado por sorpresa a muchos de nosotros. Esto influye a la hora de la promoción de nuestros libros: aprender las técnicas de las redes sociales, movernos en ellas, aunque hayamos partido de cero.

Además, nos enfrentamos a un encasillamiento por la edad, con el consiguiente rechazo inconsciente de los lectores más jóvenes que nos asocian a lecturas aburridas.

             4.- ENTONCES ¿QUÉ NOS EMPUJA A ESCRIBIR A PESAR DE TODO?

               SÚBETE AL TREN CONMIGO PARA AVERIGUARLO:

 

Estacionamiento del tren:

La etapa madura nos brinda muchas oportunidades si sabemos aprovecharlas. Cuando has sentido el gusanillo de la escritura desde joven, reencontrarte con ella en esta época de tu vida, es una opción enriquecedora donde no solo creas historias a tu antojo, pero también ejercitas tu mente. Muchas veces escribimos para nosotros mismos, pero no deberíamos dejar a nuestros personajes huérfanos. El siguiente paso es encontrarles a lectores que los adopten con el mismo cariño que has puesto en su creación.

 

Primera parada:

 Tras un proceso solitario, ha llegado la hora de la indecisión de cualquier autor principiante: ¿quiero intentar publicar mi manuscrito? ¿Habré puesto el listón demasiado alto? ¿Qué camino seguir? Es una labor durante la cual los nervios están a flor de piel después del subidón sentido al finalizar tu manuscrito.

Segunda parada:

Hemos conseguido autopublicar o publicar el manuscrito con una editorial, pero ahora llega un huracán de incógnitas con las que lidiar. No nos imaginábamos que, subir al tren, sería tan complicado. Otro gran esfuerzo para integrarnos a las redes sociales, descubriendo un mundo nuevo, donde nos es difícil seguir el ritmo y entender el galimatías de tantas palabras nuevas. La sangre nos hierve con el ajetreo de las presentaciones, promociones.

Tercera parada:

Has conseguido por fin subir todos los peldaños. Disfrutas de la alegría, pero llega el momento de nuevas dudas. ¿Gustará mi libro a los lectores? ¿Recibiré buenas críticas? ¿Tendré lectores? ¿Cuál es mi nicho de mercado? Todas estas preguntas te hacen tambalear hasta querer apearte del tren antes de hora. Sin embargo, te insisten en no tirar la toalla. Entonces levantas de nuevo la cabeza y aunque te hayas subido tarde al tren, aguantas hasta la siguiente parada.

Fin del trayecto:

 Aunque el trayecto haya sido tortuoso, merece la pena acompañar a nuestros personajes a donde nos quieran llevar. Sentir que no los abandonas, vivir con ellos y mimarlos a pesar de las trabas surgidas, es un proceso enriquecedor y de superación.

 

 

Desde el equipo de administración agradecemos profundamente la colaboración de Lydia

 

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