Los psicódidos. Esos pequeños seres que aparecen en estancias húmedas en verano y tienen su cuartel general en las paredes del cuarto de baño, generalmente en la ducha.
Además de ser molestas, hay que tener cuidado y prestar atención, porque pueden reproducirse rápidamente y convertirse en una plaga. Salen de desagües, drenajes y sumideros y se asientan en lugares con humedad.
Son fácilmente identificables, porque cuando están en reposo sus alas recuerdan a un pequeño corazón.
Pero no son una mosca cualquiera. Les denomino moscagato. ¿has intentado pillar a alguna desprevenida? Prueba. Desaparecen cual ráfaga de viento en calma para despistarte. Creo que tienen tantas vidas como los gatos.
Pequeñas. Semirregordetas. A simple vista vulnerables y a la vez persistentes.
Coges el mango de la ducha y es imposible hacerte con ellas. Como en una batalla de agua tus reflejos se quedan rezagados ante la escurridiza huida del insecto. ¿Lo has intentado alguna vez? Ellas desaparecen por segundos y si no las molestas, te ignoran hasta el infinito. Pero no se marchan.
Lo mismo nos ocurre cuando nos relacionamos con la gente. Si no son de nuestro agrado o no se comportan como esperamos, tratamos de evitarles. Ignorarles. Obviar cúal es la mochila que cargan de puertas para adentro de sus casas.
No queremos que nuestra zona de confort se vea alterada por ningún acontecimiento incontrolable. Ni siquiera empleamos tiempo para entenderlo. Esas cosas ocurren con más frecuencia de la que podamos imaginar.
Almas que luchan diariamente para apenas subsistir. Pedir a través de la mirada compasión a la que debemos mirar de frente. Una ironía. Un !apártate de mi lado! (sin sentirlo). Un corazoncito en el teléfono móvil. Una sonrisa. Un ruego para que no se apague la luz porque dependes de respiración asistida, sin que a nuestros gobernantes les importe si puedes o no pagar la factura a fin de mes. Millones de simples detalles.
No dejemos que se pierda la humanidad, porque entonces no habrá linternas suficientes para encontrarnos a nosotros mismos.
Un comentario
El humanismo tiene que estar en los primeros puestos de la escalera de valores, sí ó sí. Simplemente porque somos humanos.