El abuelo Octavio

Para mis ochenta y cuatro años, mi mente no resulta tan obsoleta como pudiera pensarse. Mi diálogo interno se da de bruces con la realidad ― ¿Quién me iba a decir que, en la penúltima etapa de mi vida, iba a necesitar quien me aseara? Yo, que siempre me he defendido bastante bien en el […]